-Profesor, hace unos años salí con un chico, y este me hizo daño. Desde entonces, no me atrevo a salir con otro chico. ¿Por qué?
-Querida Sofía, ¿sabes quién es Sigmund Freud?
-Sí, lo estudié en filosofía el año pasado. ¿Qué tiene que ver con el chico del que te hablo?
-Verás como sí. Supongo que te acordarás de que Freud separaba la mente de una persona en tres partes: yo, ello y superyo.
-Algo recuerdo...
-El yo está situado en la parte consciente, y conforma nuestra personalidad, nuestros recuerdos. Este yo se ve influido por el ello, que contiene los deseos más primitivos (principalmente sexuales), y por el superyo, que contiene todas aquellas cosas que han sido reprimidas en nuestro pasado. El ello y el superyo se sitúan en la parte inconsciente (o subconsciente, como se la llama también), por lo que no están presentes en nuestra consciencia. Hablando en plata: no lo recuerdas normalmente. Conscientemente, claro.
-¿Insinuas que lo recuerdo sin saber que lo recuerdo?
-Básicamente, veo que lo vas cogiendo. El superyo es una de las influencias del yo (junto al ello), y todas las situaciones traumáticas que has pasado se almacenan ahí, en el superyo, y condicionan cada una de las decisiones que has de tomar. Un niño al que de pequeño le pegaban en su casa por hablar de motos, por ejemplo, tendrá de mayor un temor irracional a hablar de motos. Alguien, como es tu caso, que haya sufrido un desengaño amoroso doloroso, temerá empezar otra relación por la misma razón. Aunque en el momento de temor no recuerde su desengaño, éste está ahí, en el superyo, condicionando al yo en su decisión. Y esta es, según Freud, la causa de todas las fobias que afectan a personas adultas, por curioso que parezca.
-¿Y como se soluciona, profesor?
-En tu caso, que no es muy serio -relativamente-, ya sabes por qué temes mantener una relación con un chico. Ahora solo hace falta que intentes desvincularte de aquella experiencia que te ocurrió en tu pasado, para que no siga afectando, consciente o incoscientemente, a tus decisiones. En casos más graves, como fobias, se debe consultar a un especialista.
-¿Y esto está demostrado?
- Como ya te he explicado muchas veces, Sofía, esta es una manera de explicar la mente humana, como muchas otras. Aunque, bajo mi punto de vista, esta es de las más acertadas.
-Haré lo que me has dicho. ¡Gracias!
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