lunes, 19 de noviembre de 2012

La muerte

-Profesor, ¿dónde vamos cuando nos morimos?
-Al cementerio, ¿no?
-Ja, ja. Qué gracia...
-Es una parte esencial de la mentalidad del ser humano buscar explicaciones a todo, por inverosímiles que parezcan. Y esas explicaciones pueden ser ciertas, o no.
-¿A dónde quieres llegar?
-A las explicaciones que son ciertas y demostrables las llamamos ciencia, y a las que no son demostrables, mitos y religiones. Una de las preguntas que más se han hecho los seres humanos a lo largo de su existencia es "¿Dónde vamos cuando nos morimos?".
-Pero, ¿hay alguna respuesta científica?
-Ciertamente, no la hay. Los médicos dicen que después de la muerte no existimos, pero nuestra mente no es capaz de concebir eso, no es capaz de imaginarse la nada. Para evitar esto, a lo largo de la historia de la humanidad han surgido muy diversas explicaciones. Y para todas ellas tenemos que recurrir al concepto de "alma": cada ser humano tiene un alma, independiente del cuerpo, pero que vive en él.
-¿Como es eso posible?
-Científicamente es imposible de explicar por el momento: es cuestión de fé. Creer sin ver. Para los católicos, el alma sube a un lugar llamado "cielo", inconcebible físicamente, en el cual espera su resurreción. Para otras religiones, el alma tiene otros fines, como la reencarnación en un animal para los hinduistas...
-¡Qué divertido!
-Depende de cómo te hayas portado en vida.
-Ah, eso cambia las cosas... ¿Y solo las religiones hablan de la vida después de la muerte?
-No solo las religiones. Muchos filósofos también han hablado del alma. Platón, por ejemplo, creía que el alma vivía en un "mundo de las ideas", donde residen los conceptos de cada una de las cosas que hay en nuestro mundo, o "mundo sensible". Cuando nace un nuevo humano, un alma se reencarna en él, olvidando todo lo que ha aprendido en el mundo de las ideas.
-Esa teoría parece interesante... ¡Quiero saber más!
-Te la explicaré otro día, todo a su tiempo... Como iba diciendo, no solo las religiones creen en un alma independiente del cuerpo. Recopilando teorías se podrían obtener miles, pero en el fondo todas comparten un elemento común: la persona, la parte de la persona que no es física, nunca muere, sino que se va a otro lugar o cuerpo, dependiendo de la creencia o teoría que hayamos elegido.
-Y tú, ¿qué crees que pasa después de la muerte?
-Una persona no muere si no se la olvida...

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El amor

-Profesor, ¿por qué nos enamoramos?
-Ja, ja. Buena pregunta, amigo. No te puedo dar una respuesta, pero te voy a contar un mito griego que pretende explicar ésto mismo.
-¡Cuenta!
-Cuenta uno de los diálogos de Platón...
-¿Diálogos de Platón?
-Sí, Platón escribió unos diálogos. La historia que te voy a contar aparece en "El Banquete".
-Continúa, porfa.
-Durante ese banquete, cada uno de los invitados debe dar un discurso sobre el amor al resto de comensales. Le tocaba el turno a Aristófanes.
-¿Quién era?
-Un cómico.
-Ah, perdona.
-No pasa nada. Como iba diciendo... Aristófanes comenzó con su discurso. Y éste decía así: "Hace mucho, mucho tiempo, los seres humanos estaban divididos en tres géneros: machos, hembras y andróginos. Los machos estaban compuestos por dos mitades masculinas. Las mujeres, por dos mitades femeninas. Y los andróginos, gran mayoría, eran seres compuestos por una mitad masculina y una mitad femenina".
-¿Y como cambiaron?
-Tiempo al tiempo... "De éste modo, cada ser humano era autosuficiente, lo cual les hacía realmente prepotentes. Cierto día Zeus, dios de los dioses, decició que éstos seres eran muy peligrosos, y acordó junto con el resto de dioses cortarlos a la mitad".
-¿Qué tiene que ver ésto con el amor?
-¿Me dejas terminar?
-Sí, lo siento.
-"Al ser cortados por la mitad, los nuevos seres se encontraron indefensos y perdidos, dedicando su vida a buscar a su otra mitad. Cada uno de esos seres se enamoraba de otro ser cuando creía que era su mitad".
-¿Y encuentran a su mitad?
-Depende. La mayoría de los seres se acomodaban con esa mitad, aun descubriendo que no eran su mitad, tras perder la esperanza de encontrar a su mitad.
-Qué bonito. ¿Y eso es el amor?
-Eso, querida, es el amor...