miércoles, 16 de septiembre de 2015

No derrames la semilla

«Pero Er, primogénito de Judá, desagradaba al Señor, y el Señor lo hizo morir. Entonces dijo Judá a Onán: «Cásate con la viuda de tu hermano, cumpliendo con tu obligación de cuñado, y procúrale descendencia a tu hermano». Pero Onán, sabiendo que la descendencia no iba a ser suya, cuando cohabitaba con la viuda de su hermano, derramaba por tierra, para no procurar descendencia a su hermano. Desagradó al señor lo que hacía y lo hizo morir también.»
Génesis 38:7-10 


Sabemos, desde la más tierna infancia, que la masturbación es un tema tabú en nuestra sociedad. A medida que crecemos, descubrimos que esto se debe a la ortodoxia cristiana. Pero ¿por qué? ¿Qué tiene la religión en contra de un acto tan natural y, aparentemente, inofensivo?

El pasaje de la Biblia que se cita al principio es conocido como el Mito de Onán, que da origen a lo que hoy conocemos como onanismo (llamémoslo autosatisfacción). En este mito, Onán practicaba el coitus interruptus al tener relaciones sexuales con su cuñada, para asegurarse de no embarazarla. Pero Dios lo maldijo y lo mató por ello, puesto que la Ley judía vigente indicaba que, en caso de que la mujer enviudase, su cuñado debía casarse con ella y procrear, para asegurar una descendencia y un hijo que viese por ella, ya que que las mujeres no podían tener posesiones.  

Por tanto, este pasaje fue usado por autores católicos medievales para refefir el "derramamiento de la semilla" (masturbación, coitus interruptus...) como un pecado, puesto que el hombre está designado por Dios para procrear, y cualquier cosa que se desvíe de ello es contravenir el designio divino. 

Aquí que cada uno saque ya la conclusión correspondiente, yo cierro la entrada con otra cita. Esta es de Clemente de Alejandría, y aunque no hace referencia directa al mito de Onán, sí se deja entrever.

«Debido a su institución divina para la propagación del hombre, la semilla no debe ser eyaculada en vano, ni dañada ni desperdiciada.»

jueves, 28 de mayo de 2015

Pongamos que hablo... De Madrid. Nombres con historia (I)

Hoy quiero comenzar una serie de entradas, que a lo mejor por el título dejan volar la imaginación. Quiero dar un pequeño repaso a la historia de Madrid, y de España, a través de los nombres de las calles de nuestra capital (y alrededores). Sé que es difícil, pero a veces es mucho más fácil recordar el nombre de un objeto o de un presidente si lo ubicas como una calle. Así que voy a ir sacando entradas, cada una con cinco calles, y sus respectivas explicaciones. Si hay alguna calle peculiar por cualquier motivo, o digna de ser destacada, no dudéis en indicarlo en los comentarios.
Vamos con las calles de esta primera entrada.

  • Calle de Mauricio Legendre: debe su nombre a Maurice Legendre, que fue el director de la Casa de Velázquez en Madrid. Falleció en 1955.

  • Paseo de la Castellana: este nombre es un tanto peculiar. El arroyo de la Fuente Castellana, arroyo de la Castellana o arroyo Carcabón, fue un pequeño arroyo (hoy totalmente soterrado) que discurría por el recorrido que hoy corresponde a los paseos de Castellana, Recoletos y Prado, y la calle Méndez Álvaro. El arroyo recibía su nombre de la fuente Castellana de la que nacía, ubicada en lo que hoy es la plaza de Emilio Castelar. Este arroyo es el que hoy da nombre a una de las calles más emblemáticas de Madrid.

Calle de Jacometrezo y Red de San Luis en
el siglo XIX. En rojo se muestra el trazado
actual de la Gran Vía.
  • Calle de Jacometrezo: Jacome Da Trezzo (c. 1515-1589) fue un escultor y orfebre italiano que trabajó, entre otros, al servicio de Felipe II en Madrid y El Escorial. En su honor se dio su nombre (Jacometrezo es la forma abreviada de su nombre) a esta calle, que ha variado su trazado a lo largo de los siglos. Hasta principios del siglo XX, la calle de Jacometrezo iba desde la red de San Luis (ver imagen) hasta la Plaza del Callao. Después de la construcción de la Gran Vía (1910-1931), el trazado de la calle se trasladó a la posición que ocupa en la actualidad, desde la Plaza del Callao a la Plaza de Santo Domingo.

lunes, 4 de mayo de 2015

¿Cuánto tarda una persona en desangrarse?

Creo que a estas alturas ya sabéis que este blog va sobre todo un poco. Unas veces filosofía, otras veces curiosidades, reflexiones o qué sé yo.
Uno de los temas que me fascina, desde siempre, es la sanidad. No es la primera vez que escucho la pregunta "¿cuánto tardaría una persona en desangrarse?", y me ha picado la curiosidad. ¿Qué mejor que mezclar medicina y curiosidad? Aunque ya aviso: mis conocimientos son limitados, así que trataré de hacerlo como sé. Si algún experto me lee y cree que podría estar mejor, que no dude en decírmelo.

Vamos a comenzar con algunos datos. Un adulto normal tiene unos 5 litros de sangre en el cuerpo, y este va a ser el valor que voy a usar en los cálculos en adelante. Además, la sangre es un fluido no newtoniano, esto es: su viscosidad varía en función de la temperatura y la tensión a la que es sometido. (Este dato no es relevante para el objetivo de este estudio, pero me ha parecido curioso).

Ahora vamos con el sistema vascular. Está compuesto por venas, arterias y capilares. Las arterias llevan la sangre desde el corazón a todos los puntos del cuerpo, se reparte por todas las células a través de los capilares y vuelve al corazón a través de las venas. Por el momento, vamos a suponer que el corte y el desangramiento se produce a través de una arteria.

Y ya vamos a meternos al lío. Sabemos que la presión arterial media de un adulto oscila entre los 120 mmHg de máxima, y los 75 mmHg de mínima. No, no es constante: cuando el corazón late y la sangre sale (sístole), la tensión es máxima. Durante el tiempo que no sale sangre del corazón (diástole), la tensión es mínima. También sabemos, por datos medidos, que el caudal global medio en un adulto es de 5000 ml/min. Esto es: cada minuto, salen 5 litros de sangre del corazón.

La arteria aorta, la principal arteria del cuerpo humano, sale del corazón y redirecciona la sangre hacia el cuerpo. Es decir: por ella sale toda la sangre del corazón. En caso de darse un corte en la arteria aorta, el cálculo es sencillo: si salen 5 litros por minuto, y en el cuerpo hay 5 litros de sangre, tardaríamos un minuto en desangrarnos.

Pero la arteria aorta no es una arteria accesible. Es decir, no se dan muchos casos de cortes en la aorta, pero sí en otras arterias, como la femoral (en la pierna) o la carótida (en el cuello).

Podemos observar, en el gráfico de la derecha, que la arteria aorta se divide en seis grandes arterias: el tronco braquiocefálico, la subclavia izquierda, dos arterias renales y dos arterias illíacas. De estas últimas salen las arterias femorales.

Vamos a suponer que el flujo sanguíneo se divide de igual forma entre esas seis ramificaciones. Por tanto, a cada arteria de las anteriormente mencionadas le corresponden, aproximadamente, 800 ml/min (redondeando para abajo). Además, la arteria carótida (común derecha) sale de otra arteria más grande. Vamos a tomar, como dato, que la carótida recibe 1/3 de la sangre del tronco braquiocefálico (no me meto mucho en esto porque está el mapa arterial aquí al lado), con lo que tendría un caudal de 270 ml/min. Por lo tanto, un corte en esta arteria supondría que nos desangraríamos en unos 18 minutos, si los cálculos no fallan.

Si nos metemos con las arterias femorales, ya he dicho que salen de las arterias illíacas. Por lo tanto, el caudal de cada arteria femoral es de 800 ml/min, y toda la sangre del cuerpo tardaría unos 6 minutos en salir por una de ellas.


Por último, quiero destacar un detalle: estos datos son MUY orientativos, es evidente que no se cumplirían en una situación real. El flujo sanguíneo no se reparte de forma equitativa por todas las grandes arterias, y hay algunas que me he dejado por el camino. Además, el dato que di al principio (5000 ml/min) está basado en mediciones con tensión arterial normal. La tensión sube, entre otras cosas, con el estrés físico, y no creo que sea muy relajante ver cómo te estás desangrando, por lo que esos tiempos serían aún más bajos. También hay que tener en cuenta que, cuando se pasa la barrera del 20%  de sangre perdida, la persona entra en shock hipovolémico, y el corazón deja de bombear sangre (con lo que, obviamente, la sangre deja de salir del cuerpo). Por lo tanto, este artículo da una vaga estimación de lo que pasaría. Sin embargo, para saciar la curiosidad sirve.

viernes, 1 de mayo de 2015

Mr. Meebles

“Mr. Meebles es un hombre muy bueno y muy sabio, que lo sabe todo acerca de todas las cosas. Sólo tiene un problema… Si no piensas en él, deja de existir”


Mr. Meebles sólo existe cuando piensas en él. Cuando crees en él. Si tú crees, él se creará. Es, obviamente, una metáfora de Dios, pero también es una metáfora de las personas. Si nadie piensa en una persona, ¿existe? ¿Existimos, si no es en la mente de alguien? Todos tenemos un poco de Mr. Meebles en nuestro interior. En el fondo, todos somos él. Vivimos en el otro, no podemos concebir un “yo” sin un “nosotros”, sea quien sea.
Y cuando creemos que hemos creado nuestro “yo” independiente, nos morimos. Y, en ese momento, pasamos a ser un “ellos”, pasamos a vivir en los demás, dejando de vivir en nosotros mismos. Y es que, como diría Isabel Allende, “la muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan”.




Mr. Meebles es el protagonista de un cuento ficticio en la película “Camino”, de Javier Fesser. 

martes, 28 de abril de 2015

El día mundial de la bicicleta

El día 19 de abril se celebra a nivel internacional el día de la bicicleta para promover su uso, destacar los beneficios de este medio de transporte y llamar la atención sobre los derechos de los ciclistas. Sin embargo, el origen de este día se halla en una historia que es, cuanto menos, curiosa.

El LSD, o dietilamina de ácido lisérgico, es una droga psicodélica semisintética, sin efectos tóxicos ni adictivos. Fue presentada por los laboratorios Sandoz en los años 50 como una droga con gran utilidad en psiquiatría (¡y tanto!). Fue sintetizada por primera vez en el año 1938 por Albert Hofmann, el protagonista de esta historia.

Corría el año 1943. Hofmann, guiado por un presentimiento, volvió a trabajar sobre las propiedades del LSD. Mientras volvía a sintetizar el compuesto, comenzó a sentirse algo mareado y tuvo que dejar el trabajo. Al llegar a su casa y tumbarse, comenzó a sentir lo que identificó como una sensación similar a la ebriedad, pero sin malestar, lo que asoció a que había absorbido una pequeña cantidad de LSD por vía cutánea.

Tres días más tarde, el 19 de abril, Hofmann ingirió a propósito 250 microgramos de LSD, para estudiar su reacción. Debido a su experiencia con otros compuestos de ese tipo, pensó que esa podía ser la dosis mínima (error: esa dosis, hoy día, está fijada en... ¡20 microgramos!). Menos de una hora después ya empezó a sentir los efectos: intensas y repentinas alteraciones de la percepción. Debido a esto, pidió a su ayudante que lo acompañase a casa en bicicleta, ya que los vehículos a motor estaban prohibidos por la guerra. Llegó a su casa sano y salvo, donde terminó los dos viajes (el de la bicicleta y el del LSD).

La primera celebración formal del "día de la bicicleta" vino de la mano de Thomas B. Roberts, un profesor de la Universidad del Norte de Illinois. Su intención era celebrarlo el 16 de abril, cuando Hofmann tuvo su primera experiencia psicodélica, pero lo cambió al 19 porque el primero caía entre semana.

Y así nació el día de la bicicleta, gracias al LSD y un profesor con mucho humor.


domingo, 29 de marzo de 2015

Monólogo del Dr. Lanning

Aquí dejo un monólogo que pronuncia el Dr. Lanning, personaje de la película "Yo, robot". Da que pensar, ¿cómo lo veis?
Todas las máquinas han tenido fantasmas. Segmentos aleatorios de código que se han agrupado para formar protocolos inesperados. De improviso, estos radicales libres generan dudas sobre el libre albedrío, la creatividad, e incluso sobre la naturaleza de la misma alma. ¿Por qué, cuando los dejamos en la oscuridad, buscan la luz? ¿Por qué los robots almacenados en un lugar vacío tienden a agruparse, en lugar de quedarse solos? ¿Cómo explicamos ese comportamiento? ¿Segmentos aleatorios de código? ¿O es algo más? ¿Cuándo una esquemática perpetua se transforma en conciencia? ¿O una máquina diferencial en la búsqueda de la verdad? ¿Cuándo una simulación de personalidad se transforma en una porción del alma?